Cuando la brecha digital de género resulta invisible
Google sugiere que las mujeres no deberían tener derechos
Hace pocos días, desde Pasaporte Digital retuiteábamos la siguiente noticia: un estudio sugiere que Google te discrimina si eres mujer. Resulta que en el caso de que quieras encontrar empleo, el buscador te ofrece mejores resultados si eres un hombre. La noticia, como ya comentamos, no nos sorprendió porque no es la primera vez que acusan al buscador de machista. La lista de ejemplos es larga. En 2013, la ONU puso en marcha una campaña para denunciar el sexismo que practica en las búsquedas automáticas y que quien más quien menos ya debe haber comprobado. Utilizando ejemplos reales, la campaña demostraba que si introduces una frase del tipo "las mujeres no deberían..." el buscador te ayuda a completarla ofreciéndote las siguientes opciones: "tener derechos", "votar", " trabajar y "boxear ". También se hicieron búsquedas con la frase contraria, "las mujeres deberían..." y el resultado fue: "quedarse en casa", "ser esclavas" y "estar en la cocina". El año pasado, otro estudio demostraba que la mayoría de los doodles (estos diseños en la cabecera del buscador que suelen cambiar en fechas señaladas) no representan casi nunca a las mujeres ya que en un 83% de los casos retratan a personajes masculinos (y evidentemente la mayoría de éstos, son blancos).
Pero que nadie piense que Google es una excepción. Una semana después de escribir nuestro tuit, nos encontramos con este otro titular: Facebook hace un gesto feminista. Aquí la noticia es que la red social ha decidido cambiar el diseño del icono de los amigos para que la mujer aparezca delante del hombre. Hasta ahora, por si somos de los que no nos habíamos dado cuenta, se ve que la figura de la mujer aparecía en un segundo plano y era de un tamaño más pequeño. Ya lo dicen, detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer y si no te cabe, dibújala más pequeña. En caso de que seamos de los que no lo habíamos percibido, tampoco debemos sentirnos mal. Se ve que estamos tan acostumbrados a que las diferencias nos parezcan naturales que es difícil reconocerlas.
Los ejemplos de discriminación por razones de género están presentes en toda la red y hacer una recopilación resultaría una misión imposible
Esto es lo que viene a decir la diseñadora que ha conseguido que Facebook haya cambiado el diseño del icono (¡no! No seamos ingenuos, la idea no ha sido una iniciativa propia de la empresa sino de una de sus trabajadoras). Caitlin Winner, la creadora del nuevo diseño dice que si hasta ahora sólo aparecía un hombre era simplemente por una cuestión de costumbre y que sus compañeros, cuando hicieron el diseño, no le habían dado más importancia. Lo mismo ocurría hasta hace poco con el icono de la bola del mundo, que nos muestra si tenemos nuevas notificaciones en Facebook. El globo terráqueo nos mostraba sólo el continente americano y se ve que a la mayoría tampoco nos parecía nada extraño porque hemos hecho de los Estados Unidos nuestro punto de referencia. Ahora, gracias a la iniciativa de otra diseñadora, el icono también ha cambiado y el dibujo se adapta a la parte del mundo en que vive cada usuario.
Los ejemplos de discriminación por razones de género están presentes en toda la red y hacer una recopilación resultaría una misión imposible. En Menéame, más de una usuaria se queja de haber sido tratada de feminazi por sus comentarios; en YouTube, la mayoría de vídeos más vistos suelen ser machistas y pasa lo mismo con los memes que circulan para hacernos reír.
Actualmente, en el mundo occidental, hombres y mujeres tenemos prácticamente las mismas oportunidades de acceso a la red pero queda claro que esto no quiere decir que haya igualdad. Creerse que esto sería ingenuo. Es como estar convencido de que por el simple hecho de que todos podamos acceder al mundo laboral, ya tenemos garantizada la igualdad de derechos. En internet, reproducimos los mismos esquemas que en el mundo real de una manera invisible, pero a menudo nos cuesta percibirlos. En el mundo virtual, los hombres también son los que tienen el poder y por eso son los que tienen más visibilidad y gozan de un trato diferente. Esta situación no parece que sea fácil de cambiar mientras persista lo que los expertos llaman la brecha digital de género.
Salvar la brecha digital de género depende del uso que las mujeres hacemos y reivindicamos hacer de internet
El periodista vasco Iker Merchán es autor de una tesis doctoral sobre esta cuestión. Después de investigar el terreno, hablar con diferentes expertos en antropología, feminismo y comunicación, y de entrevistar a las diez mujeres consideradas más influyentes en internet en España, llega a la conclusión de que internet, ahora mismo, es tan machista como la sociedad. Merchán demuestra que el 92% de las personas consideradas influyentes en internet son hombres y que la opinión de las mujeres sólo es reconocida por el establishment patriarcal en temas considerados tradicionalmente femeninos como las tareas domésticas, la belleza, el cuidado de los hijos y la moda. Ellos son los que saben más sobre política, economía, divulgación científica, motor, fútbol y tecnología. Por eso, para conseguir reconocimiento, algunas optan por esconderse bajo el anonimato de un avatar o de un nombre inventado. Su tesis también subraya que las mujeres sólo están presentes en el 17% de los blogs considerados influyentes y que hay que tener en cuenta que las mujeres utilizan más internet por motivos personales que los hombres, que lo hacen sobre todo por cuestiones profesionales. Además, añade, en general las mujeres pueden publicar menos posts por falta de tiempo debido a la dificultad para conciliar la vida familiar. Como dato preocupante, destaca que las mujeres reciben más ataques a través de las redes y suelen ser las víctimas de los ciberacosos.
Salvar la brecha digital de género, pues, depende del uso que las mujeres hagamos y reivindiquemos hacer de internet. Si solamente son ellos los que más participan, los que deciden las reglas y los que gestionan la red, siempre tendremos las de perder. Como dice Manuel Castells, ahora mismo hay un elemento de división social más importante que el acceso a la red y es "la capacidad educativa y cultural de utilizar internet".