El Salvados sobre sexo y adolescentes: ¿Qué implica ser otras personas en la red?
El "no es no" en las redes no se traduce en la cama
El programa Salvados (La Sexta) ha reunido a un grupo de adolescentes para hablar de sexo y redes sociales. Dicho así, no parece nada del otro mundo. Se ha hablado mucho sobre cómo internet lo ha cambiado todo. Sexo y relaciones amorosas incluidas. Pero para los chicos y chicas que ya nacieron entre móviles y tabletas, internet no ha cambiado nada de nada. Ellos no han vivido ninguna transformación. No nos tendría que sorprender que liguen por Instagram o vean todo el porno que quieren con una simple conexión en internet. No nos tendría que sorprender que su manera de presentarse al mundo sea a golpe de selfie ni que las redes sociales les parezcan imprescindibles para formar parte de un grupo. Es el mundo que les ha tocado vivir, éstas han sido siempre sus reglas del juego.
Lo que sí debería sorprendernos es la manera en la que separan el mundo virtual del mundo real cuando, en realidad, tendrían que ser la misma cosa. Dicen las chicas del reportaje que en las redes lo que funciona para ligar es ser una tía buena muy segura de sí misma. Por eso su Instagram está repleto de fotos de ellas haciendo morritos y enseñando carne. “Pero hablando con vosotras, veo que no sois como os mostráis a Instagram, veo que tenéis dudas, contradicciones, sentido crítico”, decía Évole. Las chicas le dan la razón pero dicen que ser así no mola en las redes y por eso en Instagram son “otra persona”. Otra persona que muestra lo que se supone que les gusta a los chicos. Según ellas, belleza y seguridad. Nada que decir. Todos hemos sido adolescentes.
Pero del mismo modo que son “otra persona” para ligar en las redes sociales, también son “otra persona” en las relaciones de pareja. A pesar de que defienden ideas feministas, reclaman nuevas masculinidades y reivindican el "no es no" (seguramente también en las redes), confiesan que en la cama no se atreven a decir que no y asumen relaciones machistas y violentas.
Durante el programa leía muchos tuits celebrando lo concienciadas que estaban las jóvenes y la claridad con la que sabían identificar situaciones de violencia. ¿De qué sirve si a la hora de la verdad no se atreven a reaccionar? ¿De qué sirve si en la cama se sienten inferiores pero callan? Sirve porque al menos lo identifican, hablan de ello y no lo ven como un comportamiento normal. De acuerdo. Lo celebro. Pero como siempre, queda mucho camino por recorrer. Mucho camino hacia adentro de nosotros mismas. Mucho camino para recorrer a casa, en las escuelas. Simplemente, me pregunto si el uso de las redes como si fuéramos “otra persona” nos ayuda a hacer este proceso de repensar quiénes somos, qué nos gusta, como nos mostramos al mundo, cómo queremos disfrutar de nuestra sexualidad y qué límites tenemos.